lunes, 15 de marzo de 2010

JADESINCRONÍA Parte1

Al día de hoy, todos estaríamos de acuerdo que la vida que conocemos se hace posible porque concurren unas determinadas condiciones que la posibilitan. Estas condiciones necesarias (sine qua non) no son insignificancias ni trivialidades y menos casualidades, sino que escrupulosamente siguen a pie juntillas las Leyes causa – efecto. Las características de orden (subórdenes perfectamente ensamblados), cumplimentan al dedillo el propósito inteligente que la misma vida, etapa tras etapa, no cesa de alcanzar. Nosotros mismos, insertos de lleno en ese Gran Programa Vital Inteligente, puede que seamos los indicados para observar, vía logros conscientes las enormes “causalidades” que han de converger para que las delicadísimas condiciones primarias (temperatura, humedad, trofismo aéreo y resto de biológicos consumos) se asocien con éxito, en un constante desafío frente al medio. Si nos detenemos a observar las más y más condiciones profundas, que exigen un equilibrio vital de elementos y casuísticas, precisos a cada segundo para mantener ese perfecto equilibrio (además con un revulsivo entrópico que lo provoca e impele a continuos cambios), siempre nos sorprenderemos. Toda aquella mente pensante que ajuste su inteligencia a una sencilla demanda de coherencia, verá con fascinado asombro que las enormes condiciones vitales que a cada segundo se han de dar para que la vida se mantenga y crezca, solo puede obedecer a un admirable Plan Inteligente, que cuanto más uno se adentra en él, mas se pierde en turbada estupefacción, con resultado de tranquila confianza.

Está claro, que para que todo esto se de, es necesario que esa mente humana, en sencillo y debido proceso de observación a partir de lo más elemental a su disposición, centre su mente (abandone pedantes torpezas pseudointeligentes), y sea capaz de abrir su entendimiento y consciencia a una realidad que en verdad de en aventajar o superar la atávica mente animal.

No hablamos de grandes esfuerzos que tengan que abatir al observador, sino de la más sencillo diligencia de franca naturalidad y reflexiva naturaleza (propia), si es que profesase a su actuar inteligente el más mínimo respeto.

Algunos, que practicamos esto a menudo en las incontables ocasiones, en que la mente se para, se pregunta y se adentra en cualquier experiencia compartida, en cualquier energía, tentativas de más amplia captación de entornos y mismidad, nunca dejamos de sorprendernos. Es un estado tan agradable quedarse boquiabiertos anta tanta grandeza e infinitud por abarcar, que independientemente de que se entienda más o menos aquel fruto del lance interactivo, se suele colapsar la razón y descansa el pensar a la vez que un nivel de sensible emoción contingente emerge y conmueve.

Poco por comprender y mucho por entender. Así que la confianza en la vida, nos suele hacer concebir, que todo a su debido tiempo, irá sucediéndose de igual ajustada manera, es como si como si se conquistase a humilde dominio, un tácito entender de que uno, al formar parte de ese mismo contexto de crono coherencia, nada tiene que temer o preocuparse, todo es acorde y agudamente vinculado en previsiones, y eso basta.

A partir de esas experiencias, cautamente uno ha de tomar buena nota de que inteligencia y casualidad no son buenos compañeros de viaje, así que lejos de elucubrar más supersticiones en limitadas credulidades, opta por desarrollar al máximo la confianza en el Universo, sus Leyes, Consciencia o Inteligencia. Lo de menos es buscarle de nuevo un nombre, para volver a limitar amplitudes. Uno mismo vale de centro expansivo y el otro de universo receptivo de las propias conductas que desde tal centro han de emerger vía totalidad. El “otro” o lo “otro” sería la realidad especular de la consciencia centrada.

Tras el prefacio, ahora sería bueno comenzar a valorar que esas condiciones vitales tan ajustadas a coherencia, como ya dijimos provienen en primera instancia de las categorías de realidades contextuales de un entorno idóneo con los cuatro elementos conocidos Fuego, Tierra, Agua y Aire. Los cuantos de luz nos los vamos encontrar interrelacionados en cualquiera de los elementos que animan el Planeta.

La sincronía que las radiaciones que vienen desde la Vida a hacer la vida valiosas, fundamentales y trascendentes, estimulan funciones, cometidos y destinos. La ciencia física, por ejemplo, no cesa de estudiar los fenómenos, pero evidentemente desde su responsabilidad. La biología y la genética hacen también su parte. ¿Y quienes están en su responsabilidad ocuparse del psiquismo, donde están que no les veo? … ¿jugando a qué?

Los rayos del sol están conformando una complejísima estructura vital, que determinan paso a paso, repito de manera harto asombrosa cada proceso con minuciosa vivacidad inteligente en un extensísimo campo de realidades dinámicas que estimulan entre incontables naturalezas, células, órganos, seres multicelulares (especies) …


Las radiaciones son importantes para la vida. ¿En qué medida los son?

¿Se cumplirá la correspondencia?

De análoga manera a como las radiaciones de la luz visible hacen crecer las fuentes de la física materia, pastos, alimentos y sustancias de soporte de los básicos principios vitales …

De semejante manera a como la luz que directamente nos viene del sol, confirma un estado elemental de la materia, tan evidente como particularmente profundo en cada ser …

De equivalente manera a como los ingredientes de los animados gérmenes de crecimiento son origen y causa de un material de fomento sustancial de cuanto nos rodea …

Existen otras muchísimas más radiaciones de origen y naturaleza especialmente variada que influirían sobre aspectos más especiales y sutiles de la vida, y marcarían pautas más incorpóreos como el psiquismo, las emociones y los tropismos.


Radiaciones que conformarían y sustentarían delicadas funciones imperceptibles, como inapreciables son esas referidas emisiones cósmicas que dispersan por el Universos unas apropiadas silentes maneras de llenar el Universo de consciencia y soportes en altas frecuencias.

Porque su procedencia es multi localizada incluso transtemporal (radiación cósmica de fondo), tendremos que observar que por su amplísimo espectro, deciden, conforman y nutren más elementos de la micro posibilidad emergente, que desde los espacios vacíos de donde proceden, no dejan de propagar la naturaleza esencial inteligente en todos los confines del Universo activo, orgánico o inorgánico, candente, y perspicazmente plagado de estrellas que resaltan entrelazadas en el latente fondo de la noche de los tiempos.

Entender con más responsabilidad las radiaciones, puede que nos ayude a primo emplazarnos en un estado universal de cosas, donde los datos son más que referentes, sino antecedentes noticiados de pormenores referidos nada menos que en orden a nuestro origen, genealogía consciente universal, historia, fundamento, matriz de base de los efectos consecuentes que son los que solemos estar prioritariamente atendiendo, en detrimento de lo genuino esencial, que se encuentra silentemente sustentando todos los fenómenos perceptibles.


Considerar el espectro electromagnético, es un paso, estudiarlo otro más responsable, observarlo y entenderlo en una mayor profundidad es la ambiciosa tentativa, que encierra un propósito consciente, en una ambiciosa aspiración al encuentro con esa UNIDAD MÚLTIPLE que pretende aproximándose a lo más cercano, emprender el Gran Rumbo soltándose de creencias, religiones, paradigmas, modelos o formulaciones de débitos a penurias de falta de respeto al más sencillo conocimiento del ser humano al uso de sus máximos grados de libertad y valores (que es justo lo que distinguiría al humano del resto de especies que depredan).

Al igual que el Centro vital (verde) se nutre de la doble polaridad de frecuencias: bajas (roja) y altas (azul), existe un centro plusconsciente que en el “aquí” y el “ahora” de las experiencias conscientes con centro en uno Universo, que trascendiendo lo cromático vía totalidad de radiación, nos emplaza en un cuántico – relativo estado de un más amplio orden.

Aquí no sirven beneficios, opulencias, menguas o desahogos. El problema es que la razón se queda en penurias, porque la vía consciente la sobrepasa con mucho, y así queda estática interrumpida a la baja. Como jubilada tras una industriosa vorágine de servidumbre a intereses o compromisoria dependencia solo una categoría de conducta desde sus dos polares cualidades (enfrentamiento – huida)

Asignaturas jerarquizadas que el mismo Universo, desde lo profundo, a cada cual enseña, en niveles de concebir e interpretar realidades emergentes al son de las disciplinas que al entendimiento aguardan, que no pasan ya por juzgar, opinar, suponer, adivinar, objetar en base a creencias, menos aprender y más aprehender, más intuir, distinguir, penetrar, interpretar a discernimiento (0 -1)…


Aprender a ser. Esa es la cuestión. ¿Quién nos va a enseñar?

No cabe duda que el mismo conocimiento.

Mas, ¿de dónde viene?. Quizá de donde mismo viene la vida, la mente, la lucidez, de donde procede el Origen. ¿de donde?

Vamos a hacer un viaje y que cada cual coja para sí lo que crea oportuno

En este tiempo de principios de siglo, se está formando bruma porque la mente calienta ¡hierve! Y la materia acuosa de la emoción pandiseminada y estacionada a lo raso por encima de los niveles usuales, evapora e impide ver claro. La contradicción está servida. La evidencia a observar es de lo más sencillo, pero la bruma impide ver claro, y ello complica gravemente la coherencia de la mente que debe observar horizontes (que no ve) y emociones que no acierta a aceptar como propias.

Lo inundado no es señal de fatídicos futuros, sino de complicados presentes. En los períodos que preceden a lo desbordado y empantanado, todo es fertilidad de nuevos principios.

No me planteo pues, si es o no momento de dar este paso, bruma en ristre, ante los ojos de tantas asustadizas y apocadas voluntades. Soy consciente pues de que la audacia de consciencia es hoy un bien aún escaso, pero todo se andará.

Vamos a intentar dar pasos más o menos atrevidos por entre las radiaciones y las ondas (nuestros vehículos de viaje “particular”). Cuando una teoría se puede corroborar a nivel práctico, significa que a mi entender merece ser observada y científicamente experimentada. Lo que no puedo obedecer, por el respeto que tengo al Universo y a mi propia persona, es subordinar o subyugar a pleitesía, las objeciones que la comunidad científica diseña.

Es cierto que para una fiabilidad y validez adecuada, la variable independiente ha de ser aislada con máxima efectividad de las dependientes, y salvaguardarla lo más posible de las contingentes (extrañas), pero de eso a
a reformulas las leyes para que encaje el experimento … pues como que no.

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