lunes, 15 de marzo de 2010

ESTADOS EVOLUCIONADOS DE LA CONSCIENCIA 15 A

¿Quién opina? ¿Quién piensa? ¿Quién adivina? ¿Quién implica? ¿Quién rodea? ¿Quién encuadra? ¿Quién suma o resta? ¿Quién juzga? ¿Quién incorpora? ¿Quién comprende? ¿Quién descifra? ¿Quién averigua? ¿Quién incorpora? ¿Quién entiende? ¿Quién discierne? ¿Quién concibe? ¿Quién interpreta? ¿Quién vislumbra? ¿Quién advierte? ¿Quién cree? ¿Quién engloba e incluye? ¿Quién penetra? ¿Quién multiplica y simplifica? ¿Quién acierta? ¿Quién sabe? ¿Quién conoce? ¿Quién aprehende? ¿Quién abarca? ¿Quién alcanza? ¿Quién resuelve? ¿Quién abraza? ¿Quién une y contiene? ¿Quién asciende?


Cada verbo – acción, es igual y diferente a la vez

ESE ES EL RETO DEL MATIZ


Quien no observa esta su propia naturaleza, no puede alcanzar las condiciones de consciencia necesarias para “saltar”


Todas las cosas son impermanentes. Al conseguir vislumbrar el contenido ÚNICO EN TODO, hasta la posesión del conocimiento se disuelve, al aparecer una luz más potente que lo eleva.


¿Quién cree que hace esto o está haciendo aquello?

Pero el perfecto conocimiento, ya no analiza, solo se empeña en dar paso a observar la CONSCIENCIA.


El animal conoce, pero no es consciente de que conoce. El humano mayoritariamente, sí. Pero esta facultad no la suele observar, solo que automáticamente la emplea, unas veces con más, otras con menos acierto, dependiendo de sus prácticas decisiones al uso particular, gregario o mezcladas.

La Naturaleza despierta ya no deambula por ese campo de consciencia, y no por ello se es más o menos. Discutir esto es de estúpidos, así que solo los estúpidos entran a hacerlo.


Las palabras expresan lo que expresan, pero no más. Y hay muchísimo que expresar que no se puede hacer desde esos límites. El inconsciente empuja, pero al no haber manera de llevarlo al consciente, sigue ahí esperando la ocasión para hacerlo

Si muchos supiesen lo sencillo que ES, no le darían tantas vueltas.

La confusión de la ilusoria realidad especular mora en la ansiosa manera que muchos tienen de vivir. Es por eso que los que durante toda la Historia de la Humanidad tuvieron oficios en los que la soledad en la naturaleza en la paz de la observación, les ocupaba todas las horas (pastores), les era muy fácil aprehender entendimientos que abarcan un poder consciente que trasciende a la conducta depredativa habitual en el resto.

Los seres que se aferran a sus propias creaciones hechas desde estados densos, obtienen conductas poco elevadas, poco lúcidas, poco coherentes. Del mismo modo que al abrir la ventana, automáticamente el sol penetra, y dispersa la oscuridad, todo este proceso combativo, miedoso o incoherente, desaparece cuando el limpio inconsciente, desimpregnado ya de las condiciones impuestas desde las alternancias, logra emerger a su propia lúcida realidad.


Ningún artificio en ello, solo respetarle, atenderle, esperarle.

No importa que las pasiones le hayan tocado, nada es impuro, todo era “conveniente” al momento. Es más de la misma manera que la materia está formada de cuantos de luz, las pasiones también están formadas de cuantos de amor. Cuando se despierta, los enlaces de esos cuantos se desvanecen, y queda la luz en sí misma. Las formas son como elementos diversos envolventes o protectores portadores de unas energías que a su vez portan unos cuantos, como el envoltorio que cubre la cáscara que a su vez protege la semilla que lleva dentro


Al afirmar la existencia de esos inconsciente “cuantos”, se facilita que emerjan al consciente


El cuanto de luz de la madera, el de la piedra o el de la neurona ¿será el mismo o se diferenciaría?. El inconsciente opera a través del consciente, haciéndonos paulatinamente ir entendiendo la genuina naturaleza de la realidad. ¡En eso estamos!.
Pero es que además (no podría se menos), contiene esa esencia trascendente que se ha de desenvolver en ABSOLUTA LIBERTAD, y fuera de condicionados contextos.


EL CUANTO ESENCIAL inteligente – emocional. Emerge desde la anuente expectante llamada (atención plena y ferviente), pero ni se le puede forzar (desear ata), ni el pensamiento es otra cosa que pesado contenido que impediría su aparición. La espiritualidad basada en lo relativo se encuentra entrelazada con todas las cosas y desde ahí se han ido entretejiendo todos los pensamientos. No sirve pues ese viejo recipiente para el “vino nuevo”.


El pensamiento perturba, porque no está hecho para la Unidad consciente. Bien que ha cumplido su función, a través de millones de lunas, pero no obstante, toda vez cumplida, “aquí y ahora”, al humano le toca crecer en OTRO ORDEN DE COSAS donde el pensamiento ya se queda pequeño, reducido a posibilidades (como camisa de serpiente) Hay que mutarlo, cambiarlo por otro de ORDEN SUPERIOR, esto es todo y resulta tan sencillo de entender que cualquiera lo puede asimilar, otra cosa es que lo quiera o no facilitar para SÍ.


El “fuera” y el “dentro”, no albergan en sí existencia alguna, y ahora es obstáculo permanecer en la interacción del espejo.


La verdad está más allá de la anuencia o la negativa


Existe una afirmación absoluta que no tiene antagonismo contradictorio, de la misma manera que existe luz sin que la oscuridad sea su oponente. O sea que la Verdad absoluta (no sujeta a dualidad, no está bamboleando entre dos factores) es una afirmación irrefutablemente única, con un sentido más profundo al de la aserción, la aseveración o aprobación, que encontraría su par de opuestos en la refutación, la denegación o la carencia.


En el Universo no existe carencia absoluta, sí esencia absoluta. Sí y no forman un tándem dual, pero cuando el sí se eleva a su rango absoluto, el “no”, automáticamente se le desprende.


Los cuatro elementos está vacuos por excelencia. Si se le llama real a lo que se ve o se palpa, nada entonces podría ser considerado como real.


Con “Todo” y “nada” ocurre algo semejante al sí y al no. Como opuestos los estamos manejando desde el principio, para así aclararnos. Pero el TODO ABSOLUTO, en el Universo, tampoco tiene contrapartida. ¡La nada no existe! Eso que ignorantemente llamamos “nada”, ¡Está repleta de todo!


"Todo" esto corresponde a la Esencia, a lo Único, al Absoluto Centro del Universo. A lo singular. Ni que decir tiene que a partir de ahí el extensísimo Universo que a cada paso se nos manifiesta, en el inacabable abanico de lo relativo, hay síes, noes, luces y sombras.


La sombra sigue al cuerpo cuando el foco ilumina lo ilusoriamente opaco. No obstante la LUZ OMNIPRESENTE es INFINITAMENTE más amplia que lo que da una linterna, (aunque la esencia de esa luz de linterna no deja de ser luz genuina).

La sombra, en sus incontables tonalidades de claroscuro, sigue al cuerpo donde quiera que vaya, guía inequívoca para saber del lugar o situación donde la luz le viene. Por eso en la oscuridad el humano se pierde. El humano ahora se encuentra perdido en su ignorante generalizada (institucionalizada) manera de vivir.


El eco nace a partir del sonido, si no hay sonido, la naturaleza no devuelve el eco, el miedo genera indiferencia, desinterés, pereza, desidia, indolencia, desánimo, inactividad o negación. Desde ahí no se mite sonido ¿Cómo va a haber eco?. Con esto es más difícil la salida de la ancestral psicocueva, donde las platonianas sombras no se dan siquiera en una luz fija sino CAMBIANTE (hoguera) para mayor confusión del autoretenido en su molicie.


La soledad de la cueva, muchas veces le incita a buscar pero ¿Qué puede encontrar sin decidir salir a la luz?. Millones de fundamentalistas fanáticos adoran al Dios de la Cueva, pero no conocen al Dios de la Luz. ES el mismo que los mueve, pero no lo saben. Las experiencias son dispares.

Los de la psicocueva, comparten espacio y trabajo con otro gran grupo global de estado mental arquetípico, le podríamos llamar los hedonistas: esos sempiternos buscadores de comodidad, lujo, voluptuosidad, complacencias y halagos. Se suelen entender con los neanderthales porque aún siendo éstos mucho más sensibles siguen teniendo muchas ignorancias comunes.


El hedonista pretendería acallar el eco (que sí emite, pero no le gusta recibirlo), elevando la voz. A cada momento se les puede observar en su salsa en los debates televisivos


Pero el que busca la claridad de consciencia, y opta por unificar su voz con el eco, lo que hace es callar, pero de manera dispar a la cavernícola conducta de abajo, el buscador ya se puso antes a bien con su propio eco vía rebote natural.


La paradoja es que el silencio de la cueva, s y el silencio de la cima r, son dos silencios distintos. Uno es de soledad, y desamparo, el otro de plenitud. Y lo que ocurre es que en ambos sigue persistiendo un eco (no el de la voz, sino el de sus pensamientos) en ese silencio, que al primero le conforta y al segundo le molesta.


Descrito esto, ahora vamos a algo esencial que nos interesa mucho:
El que busca la claridad consciente con solo suprimir los deseos, las pasiones, la ganancias o perdidas,
es comparable a aquel que busca la sombra fuera del cuerpo del que la misma sombra nace. Y el aspirante que piensa que ese estado es INDEPENDIENTE, de la naturaleza de todos los seres humanos sensibles, (neanderthales, hedonistas, gilipollas, santos … ¡humanos todos!), es comparable al que intenta escuchar un eco ahogado en el sonido que lo origina.


Ignorante y despierto siguen el mismo camino ¿acaso no estamos todos juntos? Durmiendo en los mismos edificios, respirando el mismo aire, usando los mismos trastos, comiendo los mismos manipulados alimentos.


Estamos todos en el mismo barco, y se llama Humanidad, que además compartimos con perros, gatos, mosquitos y demás, y que crecemos con sus proteínas e integrantes del también vivísimo reino vegetal. Aderezados todos con minerales “intra” (sales) y “extra” (montes, piedras y diamantes). El que se sienta a atender iluminación o creativa manera de ascender la consciencia a una octava superior de realidades, no puede hacerlo con la de “otro” sino con la suya. Sus grados de libertad han de estar exquisitamente circunscritos a la exigencia de tal experiencia, mas nunca olvidar que lo que a UNO se hace, a TODOS se hace. Y esto es tremendamente maravilloso.


El humano vulgar y el sabio (también humano vulgar en cierta medida) se diferencian en que el segundo ha de servir al primero, como el hermano mayor ha de servir al pequeñajo, por muy cabronazo que sea.


Ahora bien, el sabio que va en pos de una consciencia clara, tiene que buscarse las mañas para que en ese momento, no esté allí el pequeño dando el follón. Cosa diferente a considerarlo con suficiencias, desdenes, repulsas, indiferencias y demás. ¡porque eso es ignorancia! Dese la ignorancia uno no puede sentarse a atender iluminación. ¡Por eso es tan necesario “observar” antes que “meditar”.


Todas las teorías y los juicios llevan al final a la confusión. Pero han sido enormemente necesarios ¡COMO MEDIO DE EVOLUCIONAR! ¡NUNCA COMO FINALIDAD EVOLUTIVA INTRÍNSECA! Por eso, quienes ahí aún permanezcan no podrán alcanzar tal fin. Las teorías son preciosas creaciones de nuestra mente transitando etapas de rango inteligente, PERO NO SON REALIDADES, aunque algunas a ella se acerquen. Porque entonces …


¿QUIÉN ES CAPAZ DE DETERMINAR QUE ALGUIEN TENGA O NO TENGA RAZÓN?


Si todos tienen razones, será que todos tienen argumentos para tenerlas, por tanto está inteligentemente activos ensamblando puzzles de utilidad evolutiva.

Otra cosa es la imagen de conjunto que salga en esos puzzles


A un niño pequeño, ni se le da un puzzle de tres mil piezas, ni siquiera se pretende que arme nada, lo que se intenta es que acierte a encajar piezas, ¡con eso basta!, si encima atina a colocar algunas correctamente, es para hacer una fiesta. (La parábola del Hijo Pródigo de Jesús haría referencia a esto).


¿Qué “ganas” o qué “pierdes” si en una meditación alcanzas la claridad coherente de la Consciencia?


¿Ganarías luz, perderías ignorancia? … transitando por ese patio aún no se podría volar. UNO NO GANA NI PIERDE NADA. Primero porque latentemente todos la tenemos ya de antemano, segundo porque el tiempo es una dimensión de una sempiterna realidad activa, tercero porque en el Universo nada se pierde, y no vas a ti el que te “toque” perder algo, cuarto … LA PÉRDIDA O LA GANANCIA SON SENSACIONES DE ESTADOS MUY TRANSITORIOS, IMPERMANENTES Y PROFUNDAMENTE RELATIVOS, NO SON REALIDADES.


La identidad que entiende el humano es cual un pedazo de ladrillo de la gran torre de babel que antes o después caerá. La Verdadera Identidad es Única: la Gran Montaña no artificiosa ni pretenciosa. Los que mantienen la visión dualista del mundo, aún se equivocan de Montaña, se equivocan de Centro, y naturalmente viven, comen y duermen desde esa superable manera de entender la realidad en que desarrollan sus experiencias. Así de sencillo.


Columna torcida – columna recta, he querido decir en resumen de todo lo expuesto desde el principio.


Dr.Uno

Yecla Corazón marzo2010


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