Es a través de la física donde la Homeopatía tiene mas sentido, así tenemos:
1º) Energía y leyes de la termodinámica
El medicamentos homeopático diluido y dinamizado es sólo energía medicamentosa que a través del principio de similitud reequilibra la Energía Vital (O.: 9, 13, 201) que es una energía de orden material pero no corpóreo y por esa condición energética o dinámica es capaz de "mover" el cuerpo material en sus reacciones físico-químico-biológicas.
Según las leyes de la termodinámica, todo fenómeno físico lleva consigo una alteración del sistema en que se verifica, bien por cambio de posición, bien por variación de sus propiedades, constitución y estado. Su medida se efectúa por la del trabajo que pueda originar (E. Potencial) o por la del trabajo que se ha realizado para dar al cuerpo su estado actual (E. cinética). De esta manera la energía latente en los cuerpos puede ser debida a su movimiento (E. cinética); a su posición (E. potencial); o, a su constitución o estado (E. propiamente dicha)
Energía Cinética = Ec = 1/2 m v2
Energía Potencial = Ep = m g h
Según el principio de conservación de la energía (generali-zación de Eistein): "la energía ni se crea ni se destruye, se transforma" o lo que es lo mismo "la suma de la energía cinética y potencial permanece constante", es decir su energía mecánica no varia, por lo que
1/2 m v2 = m g h
es decir v2 = 2 g h
Resulta, pues, que el valor energético de un sistema no depende sólo de la materia (se demuestra el principio de infinitesimalidad y dilución) y de la energía que contiene, sino de algo más que exprese lo que hay contenido en él, de rango o de calidad, esto es de ORDENACIÓN; en resumidas cuentas, todas las evoluciones naturales tienden al desorden (enfermedad). La medida de este DESORDEN se ha logrado gracias al segundo principio de la termodinámica, pues según las ideas de Boltzmann y Gibbs la ENTROPIA es una medida de desorden (entropía en griego significa "confusión")
La "masa" no interviene porque según la Ley de Acción Mínima de Maupertuis, la cantidad de acción necesaria para efectuar cualquier cambio en la naturaleza es la MENOR posible; la cantidad decisiva es siempre un MÍNIMO, un INFINITESIMO.
Dicha de otra manera la generalización de Einstein: la suma total de la masa y la energía del Universo, permanece constante (principio de totalidad) y según la relación de Einstein:
Ec = m c2
los cambios de masa que sufre un cuerpo se traducen en CREACIÓN (Sycosis) o ANIQUILACION (Luesis) de energía (interpretación física de la teoría miasmática de Hahnemann) , en forma de energía cinética y viceversa. De esta manera podemos decir que:
Enfermedad = Energía cinética
Medicamento = Energía potencial
Si la E. cinética se tiene que igualar a la E. potencial para que la Energía permanezca constante, esto demuestra dos cosas: 1ª que la "masa" no interviene, y por lo tanto la Ley de la Infinitesimalidad de la Homeopatía es científicamente válida; y 2º, que la E. cinética debe igualarse a la E. potencial, es decir, deben de ser similares, por lo que también se demuestra físicamente la ley de Similitud y con ello, que la cantidad de medicamento requerida está en relación inversa con la similitud.
Hahnemann y sus seguidores en sus largas e intensas experiencias, observaron repetidas veces que el medicamento mejor elegido para el caso, era capaz de poner en ORDEN la salud del paciente, pero era imponente para impedir las recidivas de los accidentes agudos o exarcervaciones periódicas de la enfermedad (MIASMA AGUDO). O también que, habiendo curado un episodio determinado, estas exacerbaciones, se producían en una esfera orgánica diferente, induciendo a pensar que se trataba de una nueva enfermedad de distinto origen, hasta que llegaron a la concepción de los llamados MIASMAS CRÓNICOS, que fueron concebidos como una discrasia, o sea, como una predisposición o susceptibilidad mórbida, y llamaron "PSORA" (que en griego significa "sarna, mancha, pecado") a una diátesis infecciosa crónica debida a un agente infeccioso crónico (miasma), y que era la verdadera y fundamental causa de las enfermedades. La Psora es un desequilibrio dinámico de la Energía Vital, una hipersensibilidad a los factores patógenos que produce fenómenos exonerativos paroxísticos.
La respuesta a la Psora, pienso que la dio Clausius al introducir el concepto de ENTROPIA, función de estado que tiene la propiedad de que en cualquier evolución espontánea de un sistema aislado varía en sentido creciente. Pues todo cambio que conduzca a una mayor uniformidad y todo cuanto represente igualación de diferencias, leva consigo una disminución de posibilidades, una DEGRADACIÓN DE LA ENERGÍA. Esto permite decir, dado que el Universo en total es un sistema aislado - según el segundo principio de la termodinámica (o principio de la evolución) - que la entropía del universo va en aumento. Es decir, que la energía se conserva - según el primer principio de la termodinámica (o principio de la conservación) - pero se va degradando a medida que la entropia del sistema aumenta. La entropía total del universo ha crecido, como también ha crecido la Psora, estimándose en estos momentos, que nadie está libre de ella, siendo esta la base de todas las enfermedades.
2º) Mecánica ondulatoria
Según Luis de Broglie la luz (energía) cuando se propaga, se comporta como una onda electromagnética (las ondas electromagnéticas están constituidas por campos eléctricos y magnéticos variables, perpendiculares entre sí), pero sus interacciones con la materia, así como los procesos de absorción, emisión y difusión son fenómenos de tipo corpuscular.
El átomo según la teoría de Heisenberg-Schrödinger-Dirac está formado por un núcleo de carga (+) y una corteza o paquete de ondas de carga (-). De tal manera que las cargas de mismo signo se repelen y las de signo contrario se atraen (modo que podría explicar el mecanismo de acción de los remedios homeopáticos y de como dan lugar a la curación del enfermo).
La Energía Vital no es más que otra forma de Energía, por lo que su comportamiento en el ser humano tendrá las mismas características que esta. Sabemos que los fenómenos mecánicos, eléctricos o térmicos producen perturbaciones de las moléculas, átomos o estructuras electrónicas, y asociada a dicha perturbación tiene lugar un transporte de energía en el espacio material, o en el vacío, que tiene las características de un MOVIMIENTO ONDULATORIO. Pero los atributos del movimiento ondulatorio no están exclusivamente asociados a aquellos tipos de energía que podríamos denominar radiante, sino que incluso las partículas (tales como electrones, protones, etc.) tienen características ondulatorias. La luz, como onda electromagnética, no exige ningún soporte material para su propagación, porque el campo electromagnético goza de ciertas propiedades formalmente análogas a las elásticas, que permite que, incluso en vacío, puedan propagarse ondas, aunque evidentemente, no de naturaleza material.
Lo que Hahnemann denomino "Psora", desequilibrio dinámico de la Energía Vital, no sería más que la vibración electromagnética de la Energía, y por tanto esta sujeta a todos los fenómenos y características del movimiento ondulatorio (como su propagación de dentro afuera que explicaría la 1ª "ley" de curación propuesta por Hering), por lo que estará formada por su frecuencia fundamental y sus diversos armónicos según el Teorema de Fourier, con condensaciones o compresiones y depresiones o enrarecimientos, y se propagará por el cuerpo según la fórmula de Laplace. Cuando dominen las condensaciones sobre las depresiones a nivel homeopático podríamos hablar de "SYCOSIS"; cuando dominen las depresiones hablaremos de "LUESIS".
Las ondas se caracterizan por su amplitud, su longitud de onda y por su frecuencia. Sabemos que dos ondas SIMILARES interaccionan entre si anulándose (P. de Similitud). Si la onda distorsionada de una persona enferma interacciona con una onda similar de un medicamento homeopático (que podríamos comparar: Longitud de onda = sustancia ; Frecuencia = grado de dilución ; Amplitud = grado de dinamización) el resultado sería la salud.
3º) Electroforesis
La electricidad (energía) al pasar por una solución acuosa con ácidos, bases o sales portadoras de cargas eléctricas (iones) da lugar a un transporte (Psora) de materia a través de la disolución.
Según la teoría de Arrhenius: los positivos se dirigen al electrodo negativo (cátodo) y los negativos hacia el electrodo positivo (ánodo). La masa de electrólito descompuesto es proporcional a la cantidad de electricidad que pasa a través de la solución acuosa y al equivalente químico del ión depositado (ley de Faraday).
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