martes, 16 de marzo de 2010

BIOLOGÍA Y ENERGÉTICA HOMEOPÁTICA

Aparte de la Teoría General de Sistemas, tres grandes leyes biológicas pueden dar explicación científica a la Homeopatía.

1º) La Ley de Arndt-Schulz: por la que sustancias que inhiben procesos biológicos a dosis subletales, los estimulan a dosis más pequeñas. La explicación de este fenómeno parece hallarse a nivel de los mecanismos de control biosintético, y a pesar de que el tóxico tendría el mismo efecto, el organismo sería capaz se superarlo y hacer una especie de sobrecorrección, resultando de ello una reacción inversa (en homeopatía curativa según la ley de similitud). La calidad de la acción de un remedio esta determinada por su cantidad, en relación inversa (ley de la infinitesimalidad).

2º) La Ley del valor inicial: por la que hay una relación específica inversa entre la intensidad y dirección de una respuesta a un estímulo por un lado, y el nivel preexperimental de la función probada por el otro. Por ejemplo: si la cafeína tiene un efecto estimulante en la gente normal, actúa en cambio como sedante en aquellos que ya están estimulados. Ley que vuelve a verificar la ley de Similitud.

3º) La función crea y desarrolla el órgano. Los síntomas funcionales preceden a las alteraciones estructurales. Según Hahnemann la causa fundamental de la enfermedades es la Psora que de seguir actuando podría dar lugar a alteraciones estructurales "constructivas" (neurosis, arterioescle-rosis, tumores, etc.) de la PSICOSIS o "destructivas" (psicosis, infartos, úlceras, etc.) de la LUESIS.

Las células en cuanto a su función, se dividen en dos grandes grupos:

1º) células "-blásticas" (gr. blastós, gérmen): que son células formadoras, sintetizadoras, proliferativas, constructoras: que tienden a la SYCOSIS (o enfermedad condilomatosa que describió Hahnemann) que es un estado parecido al producido por la "toxina gonocócica" (también otras infecciones, medicamentos y albúminas animales que no pasan el filtro hepático) que da lugar a una infiltración crónica de los tejidos con la producción de ligeros edemas (independientes de toda lesión renal o glandular) y que traducen una retención de líquidos, una tendencia a la formación de excrecencias, pólipos, etc. y a la HIPER-secreción de las mucosas. El autor francés Henri Bernard dando una explicación más moderna a la Sycosis, sostiene que es una infiltración crónica del tejido retículo-endotelial, es decir, una Reticuloendoteliosis crónica.

2º) células "-clásticas" (gr. klastós, roto): que son células destructivas, rompedoras, aniquiladoras, inhibidoras: que tienden a la LUESIS, que es un estado parecido al producido por el Treponema Pálido, que da lugar a lesiones irreversibles destructivas de los tejidos, tales como la ulceración, la supuración y la necrosis.

La inmunología, que adquirió naturaleza de ciencia propia al inicio de este siglo a través de los trabajos de Pasteur, Richet, Von Behring, Ehrlich, Koch, Metchnikoff y Landsteiner, ha experimentado un gran desarrollo durante los últimos años, convirtiéndose en una de las ramas más importantes de la medicina y la biología, no es ajena a la Homeopatía, puesto que las reacciones (o hipersensibilidades) antigeno-anticuerpo que clasificaron Gell y Coombs, guardan un paralelismo con las diferentes diátesis que Hahnemann describió.

TIPO I: Reacción anafiláctica (atópica o producida por reagina) mediada por anticuerpos homocitotrópicos a través de la Ig E y la Ig g, que da lugar a reacciones urticariformes o reacciones alérgicas con el asma atópico, la fiebre del heno, el choque anafiláctico, etc. características de la PSORA. Que también guarda relación con la Diátesis Hiper-reactiva de Menetrier (Mn, S).

TIPO II: Reacción citotóxica.- es la que los anticuerpos circulantes (Ig G, Ig M) reaccionan con componentes de la membrana de células y tejidos incorporados de forma natural o artificial (secundaria) dando lugar a fenómenos de citolisis o fagocitosis, que dan lugar a enfermedades de tipo destructivo como la anemia hemolítica o a la agranulocitosis, y que correspondería a la LUESIS o diatesis anérgica (Cu-Au-Ag).

TIPO III: Reacción por inmunocomplejos.- que se basa en la formación de complejos antigeno-anticuerpo precipitantes en presencia de un ligero exceso de antígeno. Estos complejos se depositan en las paredes de los vasos, activan el complemento y ocasionan procesos inflamatorios que finalmente conducen a patologías típicas como la enfermedad del suero, la nefritis por inmunocomplejos, etc. Los complejos Ag-Ac que se forman en presencia de un exceso de anticuerpo (Ig G) causan la reacción de Arthus. esta reacción podría corresponder a la SYCOSIS o a la diátesis distónica de Menetrier (Mn-Co)

TIPO IV: reacción mediada por células o hipersensibilidad de tipo retardado .- que se produce por contacto de los linfocitos T con el antígeno específico y da lugar en caso de un nuevo contacto con el antígeno a reacciones inflamatorias de aparición tardía locales o generalizadas mediadas por células T, como ocurre en la reacción cutanea de tipo tuberculínico, en las dermatitis de contacto o en los rechazos de injertos. Correspondería a la diatesis TUBERCULINICA, a medio camino entre la Psora y la Luesis, o diátesis hipo-reactiva (Mn-Cu)

TIPO V: reacción estimulante.- en la que los anticuerpos producen un efecto estimulador sobre la función de los órganos o células, como ocurre en la Tirotoxicosis, en la que los anticuerpos específicos provocan una sobreproducción de tiroxina. Se relacionaría con el HIDROGENOIDISMO o PRE-SYCOSIS, que se situaría entre la Psora y la Sycosis, y se relaciona con la diátesis neuro-endocrina de Menetrier (Zn-Cu, Zn-Ni-Co, I)

Casi todo el mundo conoce la palabra homeopatía o ha oído hablar de ella. Para la mayoría este término tiene una connotación algo mágica o exótica, incluso se habla cotidianamente y sin saber porque de "una dosis homeopática" para indicar que algo está muy diluído, pero realmente la mayoría de las personas ignora el alcance de este singular y efectivo método de terapia biológico y holístico desde todo punto de vista y que forma o debería de formar parte del repertorio terapéutico de cualquier médico como un complemento de la medicina general.

El descubridor es Samuel Hahnemann y su obra "el Organon", en la que describe las bases teóricas de la homeopatía, fué redactada hace ya casi doscientos años. El hecho de que una terapìa halla resistido los embates del tiempo, especialmente los últimos cincuenta años en la era de los antibióticos y muchas otras drogas químicas, es un grán aval de su efectividad. ¿O será que muchos pacientes "hartos y cansados" del consumo de las fuertes medicinas convencionales, cuyo consumo está acompañado frecuentemente por desagradables efectos secundarios y que fueron llamados por Hahnemann "alopáticos", estarían en la búsqueda de "nuevos o distintos" conceptos para curarse?.

El primer párrafo de su "Organon de la medicina" puntualiza "la principal y única profesión del médico es volver sanos a personas enfermas, lo que se denomina curar.

En muchos parajes de este mundo la homeopatía (y la fitoterapia, ver página) han sido y siguen siendo métodos muy populares con una clara tendencia ascendente.
La razón es que la homeopatía consiste en una terapia individualizada que toma en cuenta signos y síntomas personales, tendencias heredadas, medio ambiente, signos mentales y la constitución (un factor importante para Hahnemann) etc., además de ser relativamente inocua, sin peligro a la intoxicación y a la adicción.
Nota: en las Universidades nacionales (y en la mayoría del mundo) la homeopatía no forma parte del pensum de estudio de la farmacología, debido a que no se reconoce academicamente.

(Las bases científicas actuales de la homeopatía verlos en la página: bases científicas)

Resumen del método homeopático clásico:

Antes del descubrimiento y las publicaciones del método homeopático el Dr. med. habil. Samuel Hahnemann (nació en 1755 en Meissen, Alemania y murió en 1843 en Paris) ejercía la medicina primitiva y anacrónica de su época y fue por 10 años profesor de la Universidad de Leipzig una Universidad por entonces muy reconocida.
El año exacto del nacimiento de la homeopatía es 1790, cuando Hahnemann estudia un libro de la acción medicinal de ciertas plantas. Al percatarse de que la concha de la quinina se utilizaba para combatir la malaria se hizo la siguiente pregunta: ¿-Cuál sería la acción de la quinina sobre un organismo sano-?.
Para esclarecer su duda el mismo ingirió concha de quinina pulverizada. Al cabo de un tiempo comenzó a sentir síntomas parecidos a aquellos descritos y observados en los ataques verdaderos de malaria: sintió frío en los pies y las puntas de los dedos, debilidad, somnolencia, taquicardia, pulso fuerte y acelerado, mejillas enrojecidas y algo de fiebre. Los síntomas siempre tuvieron una duración de 2 a 3 horas, cada vez que repitió la toma de quinina.

Hahnemann dedujo que la quinina curaba la malaria debido a que es capáz de producir en la persona sana los mismos síntomas patológicos.

De esta observación dedujo su hipótesis "similia similibus curentur" que traducido del latín significa "lo parecido puede ser curado por lo parecido", y el término homeopatía que deriva de dos palabras griegas ("homoios"=parecido, "pathos"=enfermedad), se utiliza para designar este nuevo arte de curar. Los remedios tradicionales los llamó alopáticos (en giego "allos" significa distinto).

Encontró mas adelante que una medicina capaz de producir un cuadro patológico en una persona sana igualmente es efectiva si se elimina su toxicidad a través de la dilución y la llamada potenciación, es decir que si se utiliza la dosificación adecuada una sustancia originalmente tóxica se tranforma en un remedio o medicamento terapéutico adecuado.

Es interesante mencionar que antes de publicar el resultado en la revista "Hufeland Journal" Hahnemann realizó y confirmó sus observaciones en miles de pacientes durante seis años dándole a su trabajo el humilde título "prueba acerca de un nuevo principio para la búsqueda de propiedades curativas de sustancias o remedios además de algunas vistas acerca de las ya conocidas".
(A diferencia los medicamentos químicos alopáticos se prueban en animales o personas enfermas).

Las tres columnas de la homeopatía clásica:
1.- La prueba de un medicamento en la persona sana (o autoprueba como lo hizo Hahnemann). Se debe de realizar con grupos numerosos de personas sanas tanto jóvenes como viejas y de ambos sexos todos según las mismas normas. Para controlar la exactitud de las observaciones se deben de administrar placebos (sustancias falsas inocuas). La suma de los síntomas obtenidos a partir de las pruebas experimentales en las personas sanas se denomina "patogenesia" en la homeopatía clásica. Las sustancias (remedios o medicamentos) y sus respectivos signos y síntomas son resumidas por órden alfabetico en un compendio llamado "Materia medica", un libro muy "gordo" en el escritorio de todos los homeópatas. ( Allium Cepa, Coffea, Graphites, Plumbum etc. etc. y sus respectivos síntomas experimentales).

Por ejemplo: en el caso del Allium Cepa (cebolla) algunos de los síntomas descritos en cualquier Materia Medica son: "ojos rojos , lagrimeo abundante, cefalalgia con coriza que se agrava por la noche, estornudos muy frecuentes, escorea la nariz y el labio superior, afonía con tos seca.

2.- El principio del símil, es decir la similitud de los síntomas. A través de la anamnesis del paciente enfermo el homeópata clásico anota por el contrario todos los signos y síntomas. Los compara con los síntomas experimentados y/o observados que están resumidos en " otro libro gordo" llamado "Repertorio" (debido a que es imposible memorizar los síntomas de por ejemplo un mil remedios, siendo el repertorio mas conocido el de "Kent"). El homeópata tratará de conseguir principalmente los signos y síntomas más característicos llamados modalidades como por ejemplo un dolor localizado en un brazo cuyo dolor aumenta con el movimiento hacia arriba y mas intensamente a las seis de la tarde.

Por ejemplo: bajo el síntoma "trismus" (imposibilidad de abrir la boca), aparecen los siguientes remedios (resumen): Angust., Atrop., Bellad., Canth., Dulc., Caust., Hyperic., Magn. phosph., Pass., Veratr., etc.
(Los que tienen la letra gruesa son los de primera importancia, luego los que estan en "itálica". Aparecen abreviados: Bellad. es Belladona)

ESTE PROCEDIMIENTO QUE REALIZA UN HOMEOPATA RUTINARIAMENTE Y EN EL CUAL DESPUES DE LA ANAMNESIS CONSULTA PRIMERO EL" REPERTORIO" Y DESPUES LA" MATERIA MEDICA" PARA LUEGO SER RECETADO AL PACIENTE PARA SU TERAPIA SE LLAMA REPERTORIZACION.

3.- Preparación del medicamento a través de la potenciación. Si se administra un remedio o medicamento en su estado natural a una persona enferma es de suponer que su estado de salud empeoraría aún más. Para conseguir un mejoramiento o la curación es necesario una modificación completa de la acción de la sustancia. Hahnemann lo consiguió gracias al desarrollo de una técnica especial llamada "potenciación". No se trata de una simple dilución, como ya se había insinuado al principio de esta página, sino de una dilución progresiva acompañada de movimiento vigoroso también llamado "dinamización" debido a que a través de esta técnica (y como ha sido comprobado por investigaciones más recientes) se consigue alterar la "información" biofísica o bioquímica de la solución terapéutica.

Se ha dicho que la dilución o dinamización se realiza progresivamente, obteniédo cada vez y con cada paso una solución más diluída o potenciada. Por supuesto que el resultado de cada paso tiene una denominación práctica, lo que depende a su vez de la cantidad y proporción de sustancia o tintura madre utilizada.

Si se mezclan una (1) parte de tintura madre con cien (100) de agua, es decir 1:100 se habla de potencias C o centesimales (también se denominan CH, H). El primer pasode esta dinamización da como resultado una solución que se llama a la C1. Por ejemplo una parte de tintura madre de ARNICA y cien partes de agua dan como resultado, después del movimiento vigoroso durante la mezcla o dinamización, una solución de Arnica a la C1 o Arnica C1.
Sia la vez se toma una parte de esta solución C1 y se mezclan con cien partes de agua se obtendrá una solución a la C2. Si luego se mezclan una parte de la solución C2 con cien partes de agua se obtendrá una nueva solución a la C3 y así sucesivamente C4, C5, C6, C7, C8 etc.
La dinamización también se puede efectuar utilizando una parte de la tintura madre y solamente diez (10) partes de agua (1:10). Se habla entonces de potencias D o decimales (también se denominan X).
Otra variante menos frecuente es la potencia LM: Una parte de tintura madre y 50.000 partes de agua en cada paso de dinamización.
(Existen otras variantes menos frecuentes: consultar textos especializados)

¿Cómo se dividen o denominan las potencias?
En el caso de las potencias decimales o D (que modernamente son las más utilizadas):
- Potencias bajas: de la D1 a la D5
- Potencias medianas: D6 a la D20
- Potencias altas: D30 a la D200
- Potencias muy altas: D400 a la D100.000

Indicaciones terapéuticas generales según la potencia:
Potencias bajas: enfermedades agudas y locales;- afinidad al parénquima orgánico dañado o alterado.
Potencias medianas: a medida que mejoran los síntomas agudos; en ciertos síntomas locales y generales; manifestaciones de enfermedades generales y en el dolor;- afinidad con el sistema humoral, linfático y endocrino.
Potencias altas: con el mejoramiento de los síntomas locales; manifestaciones locales, generales y psíquicos; afinidad con el sistema nervioso.

Después de la potencia D23 - 6x10.23 (se llama número de Avogadro o Loschmidt) NO se consigue molécula alguna de la tintura original. Este hecho material por supuesto ha contribuído al rechazo de una posible efectividad de la acción homeopática por los círculos científicos debido a su aparente poca concentración. Sin embargo los conocimientos científicos adquiridos especialmente por la física moderna en los últimos 20 años demuestran que una información puede ser transmitida y guardada por otros importantes mecanismos de regulación cibernética.

Acerca de los métodos terapéuticos y a modo de lo escrito por Francis Bacon en 1605 ("El oficio de la Medicina no es sino pulsar ese arpa tan curioso que es el cuerpo humano y reducirlo a la armonía") conocemos como en la recuperación de la salud pueden emplearse métodos dirigidos contra la causa de la enfermedad (terapéutica etiológica) o contra sus manifestaciones más molestas o indeseables (terapéutica sintomática).

La medicina oficial, que podríamos llamar académica u ortodoxa, considera los estados patológicos, estudia sus consecuencias y a través de un plan terapéutico científicamente elaborado, trata de curarlos para que la persona afectada vuelva a reintegrarse a su vida habitual.

Cuando la labor del médico no va dirigida con esta precisión hacia la causa de cada una de las enfermedades y se orienta en sentido general, inespecífico, comprensivo, los métodos terapéuticos empleados actúan estimulando la curación por medio de una regulación de las funciones corporales y psíquicas. Dentro de las terapéuticas varias o métodos sometidos a revisión científica, aparece la homeopatía.

Derivado del griego "homoios" (similar) y "pathos" (sufrimiento) tuvo como máximo exponente al médico alemán Samuel Federico Christian Hahnemann (1755-1843), aunque ciertos principios terapéuticos similares ya fueron expuestos en la Antigüedad clásica y durante el Renacimiento (figura de Paracelso). Hahnemann defendió el punto de vista de que la terapéutica ha de basarse sobre el aforismo básico similia similibus curantur. Las enfermedades se curan por sustancias que producen efectos semejantes a los síntomas de la enfermedad que se trata de combatir, o dicho de otra manera: "lo semejante se cura con lo semejante". El mero hecho de que la homeopatía haya conservado su pujanza durante los últimos doscientos años obliga a que se le conceda cuando menos, una cierta valoración y estudio de sus postulados.

Los principios fundamentales de la medicina homeopática y las bases de su manejo se resumen en los siguientes aspectos:

  1. Entrevista personal y pausada con el enfermo acerca de su proceso de enfermar y su tolerancia según características propias de cada individuo: cuanto más conozcamos de la persona, el medicamento a prescribir será mejor indicado y tanto mas rápido le mejorará.
  2. No utiliza la forma habitual de medicamento tipo píldoras o grageas, sino medicamentos sencillos y naturales presentados en forma de glóbulos o papeles.
  3. Actúa de forma inocua ya que es una medicina preventiva al corregir la susceptibilidad de enfermar.
  4. Utiliza sustancias sometidas a métodos de dilución hasta la pérdida total de la sustancia material, quedando finalmente lo que llamamos "energía medicamentosa" de la sustancia.
  5. No hay enfermedades sino enfermos: cada individuo enfermo presenta un conjunto de síntomas característico de "su enfermedad".

Grandes dosis de medicamentos han de producir una acción nociva. En el individuo sano han de provocar un estado parecido al de la enfermedad. Dosis pequeñas "homeopáticas" de esas mismas drogas han de producir por el contrario, un estímulo que necesariamente ha de eliminar o borrar la enfermedad en cuestión. Por ejemplo, el café o la cafeína en grandes dosis, tiene un efecto excitante y tonificante, mientras que en pequeñas cantidades actúan como relajante y a modo de hipnótico.

La homeopatía toma sus medicamentos del mundo vegetal o animal, tanto de sustancias naturales como sintéticas. Se diferencia de los medicamentos tradicionales en que estos se administran tan diluidos y manipulados de un modo tan específico, que el medicamento como tal adquiere una importancia secundaria (potenciación).

Entre las indicaciones y consejos acerca de su utilización más frecuente, encontramos patologías tipo dolorimientos en general, trastornos digestivos e indigestión, mareos psicógenos, fatiga y surmenaje, insomnio... debiendo recurrir siempre a médicos homeópatas para optar a garantías de salud.

Muchos científicos están en contra de la homeopatía sobre la base de que los remedios propuestos son un placebo (preparación que no tiene actividad farmacológica alguna, y que obra merced al factor sugestivo); pese a ello, la homeopatía se practica en todo el mundo, especialmente en Europa, América Latina y Asia. Como referencias cercanas sabemos que en Francia el 32 % de los médicos de familia utilizan esta terapia alternativa y mas allá de nuestras fronteras somos conocedores de que la homeopatía se practica en los servicios nacionales de salud (India), amén de la regulación que de estos medicamentos diluidos ejerce la FDA sobre su fabricación.

Por otro lado y como prueba de convivencia de la medicina tradicional y las medicinas alternativas y al igual que nos referíamos en semanas pasadas a la acupuntura, el dogmatismo primitivo de Hahnemann tuvo que ceder ante una serie de avances científicos de la medicina académica: hoy en día el homeópata recurre también a los antibióticos para curar una infección. La Medicina será siempre un diálogo entre el médico y el enfermo. De ahí que sea absolutamente necesario que exista confianza mutua. Esta puede derivar, y de hecho deriva casi siempre, hacia la sugestión. Hoy, el médico más científico sabe que en la mayoría de las enfermedades no orgánicas, el agente terapéutico más potente es el médico mismo.

La Homeopatía es una concepción médica basada en el principio de la cura por lo similar, principio de observación natural descripto antiguamente por el médico griego Hipócrates (469- 399 a.C.) y retomado por Samuel Hahnemann (1755-1843), médico alemán creador del método homeopático.

El Principio natural de la Cura por lo semejante señala que una substancia capaz de provocar ciertos síntomas en personas sanas posee a la vez la capacidad de curar aquellos individuos que padecen síntomas similares.

Un aspecto importante a señalar es que este principio sobre el que basa su acción la homeopatía (homeos= igual, pathia=enfermedad) actúa sobre el individuo EN SU CONJUNTO, es decir sobre la totalidad del ser vivo.

Cuando una persona se enferma física o mentalmente, significa que ha perdido la capacidad de mantener en equilibrio su orden o energía vital.

Cada sector del organismo no funciona aisladamente sino en íntima relación e interacción con el conjunto del ser vivo.

El hecho de que los síntomas se manifiesten preferentemente en un determinado sector del cuerpo o de la mente, hablan de una predisposición particular de cada organismo a expresar su área más susceptible, el talón de Alquiles o el fusible de un sistema que salta por el lado más débil, pero expresando el desequilibro de todo el sistema vital.

Si bien en cada persona el desequilibrio de la energía vital se expresa más ostensiblemente en un determinado sector físico o mental, existen señales de este desorden en todo el ser y muestran lo individual y peculiar de su sufrimiento que lo diferencia del de otro paciente.

Si sólo actuamos sobre el síntoma emergente más notorio y no logramos percibir y considerar el resto de aquellos aspectos que expresan el desequilibrio en el resto del ser no se logrará curar al paciente, en el mejor de los casos se paliará temporalmente sus sufrimientos más agudos, pero sin modificar el desorden que le da sustento y volverá a manifestarse.

Esta es la modalidad habitual de tratamiento en la medicina tradicional o alopática, es decir ir al síntoma emergente sin considerar que el desequilibrio se está expresando en el todo.

También es la actitud de algunas personas que utilizan medicación homeopática con un criterio alopático es decir no comprendiendo el fundamento del método homeopático.

La Homeopatía cura estimulando la energía vital del paciente aplicando un medicamento que por similitud cubra la totalidad mental y física jerárquica, y de éste modo recupere el equilibrio cuya pérdida dio lugar a todos los síntomas.

Es importante enfatizar que la homeopatía consiste en la aplicación de un medicamento sólo a la vez, ya que el principio que la sostiene, es decir el de la cura por lo similar se basa en la acción de un medicamento sólo a la vez, cuyos síntomas previamente experimentados en sujetos sanos (a lo que se llama patogenesia del medicamento y que muestra las propiedades del mismo), corresponden por similitud a los síntomas del paciente.

Existen más de dos mil medicamentos experimentados al día de hoy y se siguen realizando experimentaciones y re-experimentaciones de substancias.

La utilización de varios medicamentos homeopáticos por vez, no responde al principio pilar sobre el que se apoya la homeopatía, sino más bien a criterios comerciales que no comprenden la esencia de la homeopatía, contribuyendo a difundir una visión errónea y distorsionada de lo que es verdaderamente, en detrimento de su nombre, de quienes la intentamos ejercer honestamente y fundamentalmente de la salud de los pacientes.

Suprimir no es lo mismo que curar

Como señalamos previamente, acotarse a cierto síntoma puntual ostensible de sufrimiento, sin tener en cuentan el resto de los síntomas mentales y físicos que expresan la totalidad del desequilibrio de la energía vital del sujeto, puede determinar en el mejor de los casos la desaparición transitoria del sufrimiento agudo, pero al no modificarse el desorden de base que lo sustenta dará lugar a que reaparezca o se manifieste en otro sector probablemente más profundo y de mayor compromiso vital para el paciente.

A esto se lo llama supresión.

Por otra parte, curar implica mucho más que sólo eliminar síntomas.

Curar en palabras de Hahnemann, es intentar ayudar a que cada ser humano logre alcanzar los altos fines de su existencia.

El Remedio Homeopático

Uno de los argumentos que más se manejan en contra de la homeopatía es que en los preparados dinamizados no es posible encontrar sustancia activa, en el sentido en que aparece en los análisis químicos cuali y cuantitativos más exactos.

Si esto constituye un obstáculo para el crecimiento de la homeopatía ( ya que a los laboratorios farmacéuticos no les interesa dedicar tiempo y dinero en el estudio de tal situación) no lo es en absoluto para que los medicamentos homeopáticos desarrollen su acción; aunque basándose en dicha imposibilidad técnica de observar sustancia, se establecen criterios que amparados en opiniones supuestamente científicas, llegan a deducciones que confunden, formando opiniones confundidas en quienes no se encuentran al tanto de los conocimientos y postulados en el pensamiento científico actual.

Como se debería saber, el ámbito de la homeopatía está en el dominio de las frecuencias, las longitudes de onda, de la cuántica (en donde reencontramos el viejo concepto vitalista (4) de “Fuerza Vital”, con su naturaleza inmaterial, energética, de campo magnético, vibratorio, o como sea, pero digno de ser mejor estudiado hoy, a la luz de los últimos avances científicos) y no en la química ponderable de la medicina y farmacia tradicionales.

“No hay que sonreir ante palabras semejantes pues, si ninguna explicación lógica es válida, ¿Por qué rechazar sin más una hipótesis que tal vez llegue a comprobarse?" (12 pag 171) Por supuesto que a cualquier persona con una aceptable instrucción es más fácil hacerle comprender que medio gramo de una sustancia contenida en un comprimido, debe tener mayor efecto que un líquido en el que no se encuentra nada; parafraseando a Charlie García: “ un mendigo muestra joyas a los ciegos de la esquina”

Aquí es donde toma real trascendencia todo lo que la ciencia nos ha escatimado de la ciencia; al decir de David Bohm (1): “ ... se creyó que la tarea de los físicos era la de acomodar las observaciones nuevas a ciertas ideas básicas consideradas como permanentes e inmutables, de modo que estas últimas se adaptaran a los hechos nuevos..., así se ha opinado que la acomodación a los sistemas existentes, es la actividad principal que debe fomentarse en la física, mientras que la percepción de órdenes nuevos es algo que sólo ocurre a veces, tal vez en períodos revolucionarios, durante los cuales se ha venido abajo lo que se consideraba el proceso normal de acomodación...”

Estas palabras las podemos hacer extensivas a todas las ciencias ya que siguiendo a Thomas Kuhm nos encontramos con que la homeopatía, como medicina de la totalidad energética individual, con otros conceptos de lo que es salud, enfermedad y proceso curativo, basados en leyes y principios naturales y nuevos, en donde no armoniza la medicina convencional, debe situarse en un nuevo paradigma ((5) tomo 2 pag.67. (3) pag 18 y (2) pag 46), entendiendo por tal a un Grupo de conceptos, costumbres y valores que proporcionan una pauta para abordar e interpretar los fenómenos, que los hace aparecer ordenados, constituyendo un todo, garantizando así el éxito de la ciencia que considera normal y con ello, la prevalencia del sistema socio-económico-político que sustenta y al mismo tiempo mantiene. (2 pag 49), y por consiguiente “las teorías que examinan (cuestionan) la estructura de los sistemas se rechazarán o, en todo caso, se luchará contra ellas sin ningún intento de comprobarlas con hechos o de explicarlas con mayor profundidad”. ( 3 pag 21)

Teniendo esto presente es fácil darnos cuenta de lo dificultoso, lento y tortuoso que puede hacerse un cambio del paradigma dominante. Sin embargo la verdad se abre paso desde la profundidad de los tiempos, como lo acredita un brevísimo repaso en la historia de los conocimientos científicos; por Ej. : costó muchos siglos cambiar los epiciclos de Ptolomeo hasta ubicar a la tierra girando en torno a una estrella común de una galaxia similar (aunque “de particular linaje”(13)) a los cientos de miles que existen en el Universo.

Y más recientemente por ej: durante años se siguió creyendo en la teoría gravitatoria de Newton, como definitiva, a pesar de su incorrección en la localización del perihelio del planeta mercurio, que no se ajustaba a las predicciones de ésta, hasta que finalmente la explicó la relatividad; es más, durante mucho tiempo se siguieron acomodando hechos observados, forzando al modelo establecido, pero a la postre la teoría no se pudo adaptar más a la realidad y entonces sobrevino el cambio.

Y en un cambio de nuestros modos de observar, pensar y digerir la realidad, debemos comprender toda la Doctrina Homeopática, entendiendo a ésta, como el sistema armónico de leyes que surgen del encuentro entre la constitución energética del ser humano (fuerza vital) y la constitución energética del remedio dinamizado.

La medicina convencional se inscribe dentro del sistema mecanicista-newtoniano-cartesiano del Universo, donde la división del todo en partes que interactúan es lo relevante, siendo estas partes, objetos estables, mutuamente fuera unos de los otros, existiendo independientemente en diferentes regiones del espacio y del tiempo y relacionados por fuerzas externas que actúan entre ellos sin modificar sus naturalezas esenciales (como por ej: partículas que interaccionan a través de reacciones químicas).

Pero “Esa visión del mundo desfasada hace mucho tiempo en la física moderna, se sigue considerando científica en muchos otros campos en detrimento del progreso futuro. Los datos y observaciones conflictivos con el modelo mecanicista del universo, suelen ser descartados o reprimidos." ((2) pag 47 Grof)

Marcelo Candegabe (dentro de una concepción Vitalista (4 ) pag 217, (8) pag 24, (2) pag 15) de la medicina nos dice: “... se habló de la fuerza vital como de una energía invisible, impalpable que es la que anima y preserva al cuerpo y regula la bioquímica celular; habrá que concluir que, al ser una forma de energía, la causa que actúe sobre ella y que dé origen a su desequilibrio deberá ser también de naturaleza dinámica...”(energética).(8 pag. 187)

Y por lo tanto, entiendo que el medicamento que actúe para reequilibrar el ritmo vibratorio de la Fuerza Vital, debe ser también de naturaleza energética.

Y bajo estos conceptos es que hay que entender y estudiar a la Homeopatía en general y al modo de obrar de sus medicamentos en particular.

Pero la ciencia médica actual, no evoluciona bajo estos criterios y no entiende (ni pretende hacerlo) cómo funciona la homeopatía u otras medicinas de lo energético ya que:

“La transformación radical que a comienzos del siglo 20 sufrieron los principios básicos de la concepción mecanicista newtoniano-cartesiana del Universo, fue incomprensible para todos los científicos fuera del campo de la física. La medicina, entre otras, no ha podido adecuarse a los nuevos principios ni asimilarlos en su forma de pensar” (2) pag 47).

Para la comprensión de esos principios, la herramienta que puede ayudarnos en algo es la Mecánica Cuántica (que se define como la descripción de las propiedades dinámicas de las partículas subatómicas y las interacciones entre la materia y la radiación, basada en el concepto de unidad cuántica como unidad energética) y que debemos estudiar, sobre todo en sus puntos básicos de:

1)Dualidad onda-partícula de las propiedades de la materia, por la cual ésta se comporta a veces como corpúsculos, otras como ondas y casi siempre como algo intermedio entre ambos. Propiedad que posibilitaría a una sustancia (materia) a actuar como energía una vez dinamizada (Recordemos que la energía es equivalente a una masa por la velocidad de la luz al cuadrado, según la Mecánica Relativista)

2) Las propiedades de la materia como potencialidades relevadas (elevadas sobre el resto) estadísticamente, es decir que “ en disposiciones experimentales diferentes, se hacen reales, potencialidades diferentes” Como por ej: una sustancia que sabíamos que provocaba sólo algunos síntomas en forma química o ponderable, en su patogenesia ((9) par. 105), al ser dinamizada, desarrolla una sintomatología hasta el momento impredecible, pero que reconoceremos entonces como existente en potencia ya en su esencia y repetible en la experimentación. ((9)par. 20).

3) Una relación no local que se describe como una conexión no causal de elementos que están separados; es decir que a nivel subatómico, dos elementos o sucesos que estén alejados en el espacio y en el tiempo pueden estar conectados aunque no sea de una manera causa-efecto. Exquisito y finísimo concepto que nos puede servir para comprender toda la sintomatología relacionada por una supresión (5) y la consiguiente Ley de Curación (5); temas también de diferencia fundamental entre la homeopatía y cualquier otro tipo de medicina.

Tal vez conociendo esta teoría y estudiando sus postulados aunque sea en lo más básico y conceptual, ya nos alcanzaría, siendo gente de ciencia, con mentalidad abierta para empezar a comprender cuál podría ser el mecanismo de acción de los remedios homeopáticos, aunque no encontremos nada de sustancia en ellos, esto es, sabiendo que lo que en un momento existe como materia, al instante puede comportarse como energía, o que una misma sustancia puede mostrar propiedades diferentes, incluso impensadas, en diferentes condiciones de experimentación y que dos eventos pueden estar conectados aunque no encontremos un relación espacial o temporal entre ellos. (Pero ¿Cómo?)

Hoy, superando, englobando y dando otra interpretación que reafirma dicho enfoque teórico ( la teoría cuántica se gesta entre los años 1900 y 1927), han surgido nuevas teorías en las ciencias de vanguardia (física, termodinámica, etc.) que dan un entorno más amplio para comprender el Universo en su totalidad y consecuentemente un sustento óptimo a la medicina homeopática en su forma de entender el proceso de salud-enfermedad-curación.

La teoría de La Totalidad y el Orden Implicado de David Bohm, así como la teoría de las Estructuras Disipativas de Iyia Prigogine ( (6) Pág. 33 y 73)(7 pag. 165) (13), son entre otros, dos de los pilares insustituibles a estudiar para conocer un nuevo orden, estructura y evolución del Cosmos que nos lleve a comprender muchos de los conceptos que hoy, bajo viejos paradigmas, se mencionan como metafísicos o seudo científicos, dejando fuera de la cultura oficial a un amplio espectro del conocimiento acumulado de la humanidad, como le ocurrió a la hoy indiscutida Teoría de la Relatividad que “no todos los físicos ni los filósofos la aceptaron; algunos inclusive, no sabiendo superar la inercia de la manera de pensar, vinculada a la física clásica, la negaron como teoría científica.” (3) pag 8).

“¿Cómo se puede concebir una ciencia que nos reduce a fenomenología y nos opone a las leyes fundamentales?” se pregunta Ilya Prigogine frente a la necesidad de revisar las leyes de Newton.

Marcelo Candegabe, profundo conocedor de la Doctrina Homeopática, quien ha estudiado con detenimiento estas teorías, ubica a la Fuerza Vital de Hahnemann ( basándose en la teoría de David Bohm) dentro del Orden Implicado del Universo (totalidad no dividida ni fragmentada, único fundamento común de la cuántica y la relatividad); fuerza subyacente que “conserva todas las partes del organismo en admirable y armoniosa operación vital, tanto respecto a las sensaciones como a las funciones...” (9) y que ostenta las características principales de este orden implicado (plicar = plegar; implicar = plegar hacia adentro, o sobre sí mismo) u Orden Funcional (como lo denomina Ilya Prigogine) a saber:

1) Es atemporal (un ser vivo puede morir, pero la vida en sí, se mantiene y continúa);

2) Enmarcada en otro ámbito dimensional (mayor que nuestras 4 dimensiones espacio-temporales);

3) Dotado de un movimiento que en totalidad (holomovimiento ((1)pag.212) pliega sobre sí mismo (implica) el orden de lo temporalmente existente; ya que como en un holograma ((1) pag.204) “ en cada región del espacio, el orden de toda la estructura iluminada está plegado y transportado en el movimiento de la luz”

4) Movimiento total que permite dentro de todo el conjunto del Orden Implicado abstraer formas (subtotalidades) que tienen una especie de recurrencia, estabilidad y separabilidad, que los hace capaces de aparecer como elementos sólidos, estables e independientes (como campos o partículas) que darán origen al Orden Explícito o manifiesto del Universo.

Este orden explícito es lo tangible, Estructural o Arquitectónico (como lo llama Ilya Prigogine), la forma en que se manifiesta el desequilibrio de la Fuerza Vital (los síntomas)((6) pag.25) y lo explícito de todo el Universo accesible en forma primaria a nuestros sentidos (manifiesto del latín manus), es en esencia lo que puede tenerse en la mano.

Considerando ahora que el desequilibrio de la Fuerza Vital que constituye la enfermedad en homeopatía, está en el Orden Implicado, es lógico pensar que el remedio homeopático deba actuar, para retomar dicho equilibrio y por lo tanto poner en marcha el mecanismo de la curación en ese mismo Orden Implicado, creando las interferencias necesarias a nivel ondulatorio para lograr dicho efecto.

Ahora bien, frente a esto, resulta evidente que los remedios homeopáticos deben pasar del Orden Explicado en el que se encuentran, a un Orden Implicado para poder actuar, ya que como dice Hahnemann en el parágrafo 20 “... la fuerza inmaterial que permanece oculta en la esencia íntima de las medicinas (potencialidad, implicada) no podemos conocerla por los esfuerzos de la razón; solo por la experiencia que obtenemos de los fenómenos que desarrolla actuando en el organismo sano (orden explicado) podemos tener un conocimiento claro de ella”.(9)

Por ej. un grano de sal, la raíz de una planta, un líquido orgánico tienen que convertirse en energía para realizar su tarea, aunque no lo harán del modo en que lo hace el uranio en una bomba atómica, sino de la manera en que lo indica la física de Bohm, esto es que deben implicarse (plegarse sobre sí mismo), todo lo necesario para quedar contenidos en el holomovimiento, donde pasarán a ser aunque diferentes en especie, semejantes en sus manifestaciones a la enfermedad que se pretende curar.(9)

Dice David Bohm: “ El orden implicado tiene su campo en el holomovimiento y en un estado de flujo sin fin o de pliegue y despliegue... Siendo esto así, no puede asirse como algo sólido, tangible y estable para los sentidos (o para nuestros instrumentos).

Por esto la física y la química actuales no encuentran nada que pueda actuar en los remedios homeopáticos; por esto, los científicos (médicos) amarrados a los viejos paradigmas y limitados por la tecnología existente no comprenden a la Homeopatía; siguen sometidos a aquel principio de observabilidad (la existencia de un objeto carece de contenido si el objeto es, por principio, inobservable) a pesar que como sabemos “ este principio se aplica no según un esquema conocido, de una vez y para siempre, sino de maneras distintas, elaborando al investigar nuevas esferas de fenómenos, esquemas aplicables cada vez en un camino todavía ignorado” ((3) Pág. 39)

Entonces:

¿Cómo puede la homeopatía hacer que esas formas sólidas y estables (sustancias que están en lo explícito) se conviertan en un orden implícito (energía) y puedan (a pesar de no poder ser observadas) reaccionar con la Energía Vital?

¿Cómo es posible para la homeopatía “implicar” sustancias?

Dinamizándolas.

Quiero decir aquí que la dinamización (reconociéndola compuesta por las acciones de trituración, raspado, diluciones infinitesimales y sucusión) es un proceso por el cual podemos transformar un Orden Explícito en uno Implícito, donde se desarrolla toda la potencialidad para obrar del medicamento homeopático.

O sea: Dinamizar es Implicar.

Del mismo modo que por diversos aparatos podemos implicar una figura humana, transportarla en el espacio (holomovimiento) y explicarla nuevamente en una imagen de televisión, o como en el patrón de interferencia de un holograma ( (6) pag.35 y71) está implicada la totalidad de una imagen que luego, al ser iluminada por un láser, será explicada manifestándose un objeto tridimensional, o como en el pequeño espacio del globo ocular, es posible contener la inmensidad de espacio y tiempo implicado en los movimientos de los rayos de luz provenientes de la visión de miles de estrellas y galaxias en un cielo nocturno, así el procedimiento creado por Hahnemann pone a las sustancias de la naturaleza en contacto con el Orden Implicado, para -comportándose entonces como onda, campo energético o algo parecido, y desarrollando toda su potencialidad relevada estadísticamente- pueda interactuar con la energía del ser humano (fuerza vital), y realizar así una de las formas de curación más natural y completa hasta hoy conocida:

la curación homeopática.

Estas nuevas concepciones en el campo de las ciencias traen consigo no solamente su valor como nuevos conocimientos y nuevos caminos para transitar, sino, y esto es tal vez lo más importante una nueva manera de ver, pensar y entender la realidad “que no limita de un modo injustificable, como hasta ahora, las clases de experimentos que podemos hacer" (1)

“Quien sabe si algún día podremos trabajar de manera diferente y rechazaremos toda una ciencia demasiado a menudo fundada en la lógica de un mundo que se jacta de inteligente, pero que sigue siendo gravemente irresponsable de sus actos." (12. pag 278)

Además no es argumento suficiente ni es tampoco científicamente valedero para negar un determinado proceso (como la acción de una sustancia dinamizada) el que la actual tecnología no logre llegar a niveles tan sofisticados como para comprobarlo o no, ya que como escribe David Bohm:

“También cabría suponer que las variables que describen las entidades subcuánticas se revelarán con detalle cuando hayamos vuelto a descubrir otras clases de experimentos que tal vez sean tan diferentes de los utilizados en la actualidad como éstos lo son de los que nos revelan las leyes del mundo a gran escala" (ej: temperatura, presión, etc.)

Dice Borges sobre la paradoja de Zenón de Elea: “...es incontestable, salvo que confesemos la idealidad del espacio y del tiempo. Aceptemos el idealismo, aceptemos el crecimiento concreto de lo percibido, y eludiremos la pululación de abismos de la paradoja

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