martes, 16 de marzo de 2010

HOMEOPATÍA 1 NIÑOS

Trastornos del comportamiento en el niño


Los trastornos del comportamiento en el niño o en el adolescente son un motivo frecuente de consulta en medicina general. Traducen las dificultades de adaptación del joven a su entorno familiar y/o escolar.
Conviene localizar y tratar rápidamente estos síntomas anormales cuya agravación podría perturbar la maduración psicoafectiva del sujeto, incluso su integración social futura.
El enfoque fenomenológico del examen en homeopatía permite descodificar el malestar que sufre el niño, que en la mayor parte de los casos ni siquiera es consciente del mismo, o no sabe o no puede verbalizarlo. Desemboca en una solución terapéutica generalmente eficaz y no iatrogénica, pero no debe hacer olvidar la búsqueda del conflicto psicológico subyacente.
Ceder inmediatamente a la tentación de hacer desaparecer por la terapéutica un síntoma que representa una reacción de defensa y/o de advertencia supone el riesgo de hacer aparecer una sintomatología más compleja y más difícilmente curable.
Si es cierto que la prescripción del simillimum no puede en ningún caso modificar las características fundamentales del carácter del niño, será sin embargo bienvenida para atenuar las consecuencias de su exageración anormal. Y no abandonaremos por ello, en los casos más graves o rebeldes, el recurso a una consulta de psiquiatría o psicología infantil, a los test de exploración psicológica especializados o a la puesta en marcha de tratamientos complementarios (psicoterapia, relajación, reeducación pedagógica).

Con una finalidad didáctica abordaremos primero el tratamiento de los trastornos del comportamiento en el seno de la familia y después el de los trastornos del comportamiento en medio escolar, aunque muy frecuentemente las perturbaciones del comportamiento afectan la sociabilidad del joven en los dos ambientes al mismo tiempo.

Finalmente, el tratamiento de estos trastornos será presentado de manera arbitraria siguiendo la prioridad de la queja de los padres o profesores, sabiendo que hay frecuentes imbricaciones de las diversas manifestaciones. De hecho la riqueza patogénica de los medicamentos homeopáticos permite perfectamente tener en cuenta esta imbricación de los diferentes trastornos concomitantes, tanto psicológicos como físicos.

A. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO Y DE LA ORGANIZACION PSICOMOTRIZ EN EL MEDIO FAMILIAR

El motivo de consulta más frecuentemente invocado por la familia es el de la perturbación del clima familiar por la inestabilidad psicomotriz del niño, su turbulencia insoportable, su agitación anormal. Se añaden eventualmente trastornos del sueño: insomnio, pesadillas, somnambulismo. En segundo término vienen las manifestaciones exageradas o injustificadas del carácter: conductas agresivas (cóleras repetidas, envidias) y/o manifestaciones ansiosas (miedos, fobias).

1. INESTABILIDAD PSICOMOTRIZ
De manera general se manifiesta por el comportamiento hiperactivo de los niños llamados "hipercinéticos", paradójicamente tratados en medicina clásica con anfetaminas, con el riesgo potencial de toxicomanías secundarias. Pero también puede limitarse a una agitación localizada (espasmos, tics, mioclonias) y manifestar una ansiedad con tendencia obsesiva o exteriorizarse por perturbaciones del carácter y de la sociabilidad.

A. Inestabilidad psicomotriz generalizada

Su etiología depende de dos categorías de factores:

- Factores orgánicos: sean primitivos, eventualmente genéticos, sean subsiguientes a un daño cerebral (traumatismos obstétricos, encefalopatías neonatales).
- Factores psicológicos afectivos: carencia afectiva (rechazo materno, fallecimiento de uno de los padres), educación demasiado rígida y poco afectuosa o, a la inversa, carencia de autoridad paterna (permisividad).

En la categoría de los trastornos relacionados con los factores orgánicos, dos medicamentos se destacan claramente:

Tarentula Hispana
Antecedentes posibles: traumatismos obstétricos, gran prematuridad o dismadurez.

- Extrema agitación motriz y psíquica, exacerbada por las penas, las contrariedades, las emociones; afecta a todo el cuerpo y puede manifestarse en los primeros meses de vida (bebé agitado que llora día y noche sin razón aparente).
- Variabilidad del humor muy grande: alternancia brusca entre exuberancia alegre y tristeza profun- da, agresividad con acceso de cóleras violentas (se tira al suelo), amenazas y puñetazos al entorno.
- Hiperexcitabilidad sexual: onanismo.
- Trastornos del sueño: movimientos rítmicos, pesadillas.
- Mejoría con la música dulce o acompasada.

Agaricus Muscarius
Antecedentes posibles: encefalopatías y accidentes neonatales (anorexia neonatal), convulsiones (con alteraciones en el E.E.G.).

- Alternancia entre agitación eufórica, desordenada, locuaz, y episodios de torpeza, mutismos de tipo depresivo o fases de comportamiento violento y furioso con tendencia a la auto-mutilación.
- Espasmos musculares localizados: tics, temblores, nistagmus.
- A veces retraso intelectual y memoria deficiente.
- Hiperexcitabilidad neurosensorial: sensación de picaduras de aguja, de insectos corriendo sobre la piel, de frío glacial localizado o de quemaduras con prurito.

En la categoría de los trastornos relacionados con los factores esencialmente psicológicos, encontramos principalmente:

Argentum Nitricum
- Agitación febril sin objeto preciso, condicionada por la ansiedad de anticipación subyacente.
- Precipitación y comportamiento agitado, por temor obsesivo a estar en retraso.
- Lentitud paradójica de ejecución de la acción, debida a las tendencias fóbicas expresadas por ritos de conjuración y a la manía por la verificación.
- Temblores y trastornos de la coordinación motriz.
- Vértigos.
- Posibilidad de úlceras duodenales del niño con sensación de culpa por su inseguridad.
- Agravación por el estrés emocional o simplemente por la aprensión: insomnio.

Medorrhinum
- Inestabilidad del humor. Agitación impaciente y ansiosa. Tendencias obsesivas o fóbicas.
- Ausencia de perseverancia en la acción: necesidad incesante e imperiosa de cambiar de actividad, incluso en los juegos.
- "Impaciencias" dolorosas (calambres, hormigueos) de los miembros inferiores.
- Insomnio: miedo al momento de dormirse, movimientos rítmicos durante el sueño, pesadillas atemorizantes.
- Falta de referencias por educación demasiado laxa.
- Excitabilidad neurosensitiva: sensación de quemaduras localizadas (palmas, plantas); prurito sine materia.

Mercurius Solubilis
En su expresión esténica, Mercurius conviene a un niño hiperexcitable, hipercinético, de carácter irritable, impulsivo, susceptible, intolerante a la mínima contradicción o restricción.
- Tendencia auto-agresiva o actos violentos (rompe objetos, golpea).
- Antecedentes: afectación de las vías respiratorias superiores (rinofaringitis, sinusitis), anginas iterativas.

Chamomilla
Durante la época de la salida de los dientes, Chamomilla puede calmar la agitación del lactante hipersensible al dolor, caprichoso, colérico, insoportable (síntoma objetivo frecuente: tiene una mejilla más roja que la otra). De todas maneras, este trastorno de la organización psicomotriz puede preexistir a la aparición de la dentición o perdurar tras su finalización.

B. Inestabilidad psicomotriz localizada

Puede tratarse de una cierta inmadurez psicomotora que se manifiesta en movimientos anormales paroxísticos o compulsivos, o de manipulaciones diversas (onicofagia, tricotilomanía), o de tics.

1. Movimientos compulsivos.

Kalium Bromatum
- Inestabilidad psicomotora de los niños inquietos caracterizada por una agitación constante de las manos, una necesidad compulsiva de manipular objetos diversos. Onicofagia y tricotilomanía.
- Insomnio frecuente con terrores nocturnos y som- nambulismo.
- Concomitancia eventual en la adolescencia con un acné pustuloso.

Zincum Metallicum
- Hiperexcitabilidad nerviosa con agitación continua de los miembros inferiores.
- Temblores y mioclonías en sujetos ansiosos, de humor lábil y por otra parte asténicos.

Menianthes
- Mioclonías principalmente palpebrales, pero también faciales o de los miembros.

2. Tics

Se dan sobre todo en niños de tipo sensible Lycopodium o Silicea.

Agaricus Muscarius
- Tics de la cara, tics vocales, movimientos coreiformes de los miembros (síndrome menor de Gilles de la Tourette).

Tarentula Hispana
- Risas incoercibles, tics faciales.

Mygale
- Tics de la cara, de los párpados y del cuello. Tics verbales explosivos.

2. TRASTORNOS DEL SUEÑO

Los trastornos del sueño del niño influyen más o menos seriamente sobre el equilibrio familiar aunque no sea más que por su repercusión sobre el sueño de sus padres y hermanos o por la ansiedad que engendran.
Puede tratarse de:
- Insomnio con dificultades para dormirse (movimientos rítmicos).
- Pesadillas (sueños desagradables cuyo recuerdo persiste al despertarse).
- Terrores nocturnos (agitación, gritos, expresión angustiada sin posibilidad de despertarse) de los que ningún recuerdo persiste posteriormente.
- Sonambulismo.

Su tratamiento debe hacer pensar en primer lugar en las tres solanáceas del delirio: Belladonna, Hyosciamus y Stramonium, antes que en otros medicamentos más específicos de ciertas manifestaciones o causalidades.

Belladonna
- Insomnio y pesadillas en relación generalmente con una afección febril aguda concomitante. Posibles convulsiones hipertérmicas. Hyosciamus
- Terrores nocturnos con imposibilidad de despertar durante la crisis, cara atontada, agitación no calmada pese a los esfuerzos de los padres por hacerlos cesar.
- Gritos, sobresaltos y rechinar de dientes durante el sueño. Estos síntomas pueden ser desencadenados por el miedo o por cualquier otra excitación psíquica y emocional precedente.
- Durante el día son niños desconfiados, envidiosos, violentos, con impulsos de pegar..., pero con miedo a quedarse solos.

Stramonium
- Les resulta difícil dormirse por el miedo a la oscuridad y a la soledad: necesitan un poco de luz o la presencia de otro miembro de la familia en la misma habitación.
- Terrores nocturnos con expresión asustada o perdida y despertar imposible, delirio violento, impulsos de morder, alucinaciones (espectros, animales o seres fantásticos). Agravación con luz destellante.
- Convulsiones, temblores, sobresaltos, movimientos desordenados de flexión-extensión de la cabeza sobre la almohada.
- Durante el día se trata de niños indisciplinados, inestables, peleones, malos, incluso crueles.

Borax
- Insomnio con terrores nocturnos a consecuencia de una exposición a ruidos bruscos, agudos e inesperados antes de acostarse o a movimientos de descenso demasiado rápidos en la cuna. Incluso también por soportar mal el ser acunados, sobre todo tras una sobreexcitación física por la tarde.

Causticum
- Dificultades para dormirse con aprensión a la oscuridad, frecuentemente tras un enfado o una sobreexcitación antes de acostarse. Necesidad de tener un poco de luz en la habitación (puerta entreabierta comunicando con otra habitación iluminada, pequeña luz).
- Frecuentes lloros y temblores al despertar.

Chamomilla
- Dificultades para dormirse por hiperestesia al dolor (dentición).
- Mejoría al ser llevados en brazos, con el movimiento lento y al ser acunados.

Cina
- Terrores nocturnos, bruxomanía, sobresaltos, gritos penetrantes durante el sueño.
- Concomitancia frecuente de parasitismo intestinal (oxiurosis).

Gelsemium Sempervirens
- Insomnio inicial en un ansioso obsesionado por el temor de no poder dormir, o con aprensión a un acontecimiento que le provoca ansiedad (vuelta al colegio, consulta con el dentista o con el médico, viaje, etc...).

Kalium Bromatum
- Terrores nocturnos sobre fondo de inestabilidad psicomotora particular (movimientos compulsivos de los miembros superiores), bruxomanía, somnambulismo frecuente, a veces enuresis.
- Concomitancia de parasitismo intestinal eventual (helmintiasis).

Medorrhinum
- Dificultades para dormirse, en relación muy pro- bablemente con la excitación de la actividad diurna.
- Pesadillas raras o que asustan justo antes de dormirse. Necesidad de pegar o de hundir la cabeza en la almohada, necesidad de colocarse en posición genu-pectoral para poder dormirse.

Silicea
- Pesadillas, despertares en sobresalto. Somnambulismo, sobre todo entre las 2 y las 4 de la madrugada y particularmente cuando hay luna nueva. Frecuentemente hay concomitancia de un parasitismo intestinal.

B. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO Y DE LA SOCIABILIDAD

Se trata de reacciones del comportamiento que engendran dificultades en la armonía de las relaciones del niño con su entorno. Estas manifestaciones distímicas, que se encuentran con la incomprensión del ambiente social o familiar, provocan con razón su ansiedad; tanto la agresividad (enfados, envidias) como las actitudes de regresión afectiva (pasividad) son el reflejo de la angustia del niño y enmascaran su estado depresivo.

A. LA AGRESIVIDAD

1- La Cólera

Aurum Metallicum
- Explosiones de cólera violentas, más frecuentes en el niño que en la niña; tiemblan de cólera ante la más mínima contrariedad o contradicción en razón de su intolerancia a la autoridad o a cualquier restricción; enfrentamientos con el padre de sexo opuesto y búsqueda más o menos consciente del autocastigo.
- Actos injuriosos a cuyas consecuencias parece indiferente.
- Muy rencoroso, quiere ser el que lidere las rebeliones de sus camaradas.
- Hipersensible, no obstante el estrés psicológico. También es hipersensible al ruido, al tacto, al dolor.
- Si bien puede mostrarse alegre y juguetón, a veces cáustico, manifestará una tristeza y una pena desproporcionadas con las causas que las provocan (choque afectivo o fracaso menores) y caerá entonces en una descompensación que le llevará a veces al suicidio.

Chamomilla
- Cóleras extremadamente violentas en un niño caprichoso que no quiere que se le hable o que se le toque, y que desea todo lo que ve pero lo rechaza en cuanto lo obtiene.
- Manipulador, se da de cabeza contra la pared gritando para provocar a su entorno.
- Posibles sollozos espasmódicos al mismo tiempo que el acceso de cólera (medicamento complementario: Colocynthis).
- Mejoría con el movimiento pasivo (al ser acunado, al ser llevado en brazos o en coche).
- Hay que recordar que estas manifestaciones acompañan la dentición del lactante.

Cina
- Cóleras furiosas en un niño desagradable, testarudo y susceptible que no quiere ser mirado, ni tampoco que se le acerquen, ni sobre todo tocado debido a una hiperestesia cutánea: el simple hecho de acariciarle el pelo puede provocarle una crisis de furia.
- Encontraremos al mismo tiempo los signos habituales de las parasitosis intestinales: cólicos periumbilicales, agravados por la noche, mejorados estando acostado sobre el vientre, diarrea, prurito anal, rascado de la nariz a causa del prurito nasal, a veces enuresis.

Hepar Sulfur
- Cóleras rabiosas con pataleo furioso, amenazas de muerte, deseos expresos de matar, crueldad sádica, en un niño siempre insatisfecho, quejoso, pusilánime y desconfiado que se pone a chillar en cuanto se le toca.
- Dichas cóleras son seguidas de periodos de ansiedad, de desánimos e incluso de impulsos suicidas.
- Un rasgo característico frecuente es la fascinación por el fuego (posible piromanía).
- Antecedentes: infecciones supurativas (abscesos, acné, forúnculos), aspecto característico del niño adenoideo con el labio superior sobresaliente (morro de tapir).

Nux Vomica
- Cóleras repentinas, violentas pero cortas y rápidamente olvidadas, desencadenadas por una reacción de oposición sistemática, la intolerancia a la contradicción y a todo obstáculo.
- Niño peleón pero no rencoroso, muy activo, gustosamente autoritario y líder de juego, se hace fácilmente muchos amigos, numerosos pero sucesivos.
- Impaciente, hiperensible al ruido y al dolor, busca darse importancia para ser apreciado.
- El fracaso puede sin embargo llevarle a una posible descompensación y a una depresión reactiva hiperansiosa.

2- La envidia

Lachesis
- La envidia puede ser el principal motivo de consulta, sobre todo cuando la agresividad que subyace ha conducido al niño a cometer actos violentos o delictivos sobre otras personas. Lachesis conviene al tratamiento de las malas conductas, frecuentemente taimadas contra algún hermano secretamente detestado.
- También puede tratarse simplemente de recriminaciones y disputas continuas, gritos, alegaciones de persecuciones o de injusticias contra él que perturban el clima familiar.
- Peleones, jactanciosos, quisquillosos, muy parlanchines, estos niños rompen rabiosamente sus juguetes durante sus crisis coléricas, que suelen sobrevenir con un nuevo nacimiento en la familia.
- Signos concomitantes: fobias variadas (miedo a la muerte, a dormirse, a ser envenenados, claustrofobia).
- Sueños que le asustan: sueños con serpientes, de enterramientos, de muertos.
- Agravación al despertar, con el calor, con el contacto, con la constricción (en el cuello, la cintura, el pecho). Sensación de asfixia, de sofoco, en particular a la hora de dormirse.
- Mejoría con la aparición de un derrame (epistaxis, sinusitis, coriza, etc).

Platina
- Orgullo, arrogancia y ocasional desprecio de los otros caracterizan a este niño inclinado a la mentira y a la fabulación, preocupado por justificar la sobreestimación de su Yo.
- La frustración debida a conflictos familiares o la desilusión engendrada por la competencia con sus condiscípulos más fuertes o más brillantes pueden estar en el origen de la envidia.
- Se manifiesta ya sea de forma agresiva (impulsos de pelea, deseos de matar), ya sea de manera pasiva (mutismo desdeñoso, tristeza digna incluso con ostentación).
- Antecedentes o signos concomitantes: espasmofilia, estreñimiento espasmódico, preocupaciones sexuales.

Lycopodium
- Susceptible, exclusivo, deseoso de triunfar, de ser el primero, pero falta de confianza en sí mismo cuidadosamente oculta. Sin embargo, este niño guarda rencor a quien le arrebata la primacía en la afección materna o en la admiración del entorno.
- Demasiado débil físicamente y timorato para imponerse por la fuerza, rumiará su venganza respondiendo de manera impertinente, cáustica o rompiendo, por ejemplo, el juguete que acaba de no querer prestar.
- Antecedentes: trastornos digestivos (cetonuria), migrañas, alternancias con dermatosis variadas.

Nux Vomica
- Colérico e impaciente, está sujeto a raptos breves de envidia repentina por motivos frecuentemente fútiles, durante los cuáles puede tirar y romper sus juguetes, pero también muchas veces los de su hermano o hermana.
- No rencoroso, olvida muy rápido sus excesos y desbordamientos.
- Signos concomitantes: hiperreflexia general y tendencia a los espasmos de los sistemas digestivo y nervioso.

Hyosciamus
- Desconfiado y miedoso (miedo de ser mordido), su impulsividad durante las fases de excitación puede empujarle a cometer actos violentos sobre el objeto de su envidia; por ejemplo, paradójicamente, a morder.
- Los síntomas son claramente empeorados por las emociones, el miedo, el simple contacto.

Pulsatilla
- La envidia de este tipo de niños es vivida de un modo resignado pero lloroso: lloriqueos continuos debidos a la impresión, a menudo no verbalizada explícitamente, de que no son queridos o en todo caso no lo son tanto como el resto de los hermanos; enfurruñamientos sospechosos o reivindicaciones morosas, afortunadamente mejoran fácilmente con el consuelo. Son las únicas manifestaciones activas de una agresividad enmascarada. - Signos concomitantes o antecedentes: catarro de las mucosas, insuficiencia de la circulación venosa (livedo).

B. INHIBICIÓN Y TIMIDEZ

Las dificultades de contacto con el entorno imputadas a la inhibición, la timidez y/o el repliegue sobre sí mismo pueden constituir lo esencial de la queja de la familia o de los profesores.

Barita Carbonica
- Retraso en las adquisiciones psicomotoras, regresión afectiva y tendencia espasmofilica caracterizan a este niño.
- Tímido, miedoso, desprovisto de iniciativa, se esconde en presencia de personas extrañas o esconde la cara tras las manos.
- El adolescente manifiesta generalmente, por su sumisión y su total dependencia, la vergüenza culpabilizadora ante su desgracia física y su inadaptación.

Calcarea Carbonica
- De morfología brevilínea, tranquilo, lento, dócil, poco atrevido, su respeto por la autoridad paterna hace que dé pocos problemas en general.
- En todo caso, la exageración de esta actitud reservada puede llevarle a la pasividad y su falta de iniciativa ser el reflejo de una angustia obsesiva.

Gelsemium Sempervirens
- Niño lento, que tiene dificultades de comprensión y de ejecución, muy emotivo, inhibido y tímido, está sujeto al miedo escénico que le deja temblando y le provoca diarrea o unas ganas de orinar reaccionales.
- Asténico, desea estar tranquilo, teme toda compañía, que le fatiga sobre todo si es ruidosa.
- Necesita sin cesar ser reconfortado y animado por su complejo de inferioridad y su falta de confianza en sí mismo.
- Teme la muerte, la muchedumbre, los grandes espacios. - De movimientos incoordinados y de equilibrio precario, siempre teme caerse durante los ejercicios físicos.

Lycopodium
- Hiperemotividad y falta de confianza en sí mismo le llevan a rehuir la compañía ruidosa de sus camaradas, al mismo tiempo que se asegura la presencia familiar tranquilizadora y próxima.
- Serio, disciplinado, le gusta el orden siempre que él mismo comprenda su necesidad.
- Orgulloso, fatigable y susceptible, teme hacer el ridículo, mal jugador si va perdiendo. Tiene tendencia a refugiarse en un aislamiento desdeñoso para ocultar su frustración o su ansiedad.

Phosphorus
- Hiperemotivo, susceptible, ávido de ternura, pasa rápidamente en un ambiente hostil de un estado esténico de actividad intelectual intensa, de imaginación desbordante y de sociabilidad fácil, a un estado asténico caracterizado por una indiferencia taciturna, un repliegue sobre sí mismo, al mutismo y a la anulación de la comunicación.

Pulsatilla
- Tímido, sensible, de humor muy cambiante, afectuoso y demostrativo, busca la protección, el apoyo y el afecto de su entorno.
- Su susceptibilidad y su hiperemotividad le deshacen en lágrimas ante la mínima observación. Su sentimiento de infravaloración de sí mismo le hace sonrojarse de vergüenza o de emoción y la ausencia de testimonios de simpatía o de consuelo hacen difícil la armoniosa integración social.

Silicea
- Tímido, ansioso, pusilánime, irresoluto, este niño necesita ser estimulado y animado en razón de su sentimiento de inferioridad.
- Regresivo y replegado sobre sí mismo, juega solo, huye de los demás niños sobre todo si son agresivos, evita las situaciones de prueba, rechaza la competición y tiende a desarrollar comportamientos fóbico-obsesivos (coleccionismo).

Sepia
- Introvertido, rechazando sus impulsos y reteniendo sus lágrimas en caso de conflicto, este niño serio y reservado puede parecer indiferente.
- Rostro impenetrable pero mirada inquisidora; es incómodo convivir con él y desasosiega a su entorno del que percibe todas sus debilidades y fallos.

Staphisagria
- Hipersensible a las emociones, muy susceptible e intolerante a toda forma de injusticia, el niño rechaza la agresividad.
- Frustrado, incluso indignado, no se decide a formular sus reivindicaciones, rumia su despecho y soma- tiza su cólera interior.
- Su inhibición y represión corresponden a la angustia provocada por su incapacidad para dominar su emoción y acceder a la independencia.

B. TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO DEL NIÑO EN EL AMBIENTE ESCOLAR. LAS DIFICULTADES ESCOLARES

Prácticamente todos los niños encuentran dificultades durante su escolarización. Lo más frecuente es que sean transitorias y fácilmente corregidas por la familia o los docentes, pero, cuando perduran, no se las puede considerar únicamente como la consecuencia de deficiencias intelectuales o el resultado de la pereza y de la mala voluntad. Sería vano esperar que las sanciones, las amenazas o los falsos ánimos pudieran mejorar la situación de alguna manera. E ignorarla aguardando a que se solucione por sí sola con la edad es algo totalmente ilusorio.

Podemos, esquemáticamente, distinguir dos tipos de dificultades:
- Dificultades de adaptación al ambiente escolar:
revelan factores propios al niño (trastornos de la personalidad, inmadurez afectiva), pero también factores externos (conflictos con los padres, los docentes o incluso con los compañeros).
- Dificultades de aprendizaje: ligados de la misma manera a factores propios del niño (menor integridad del potencial intelectual, baja calidad de la memoria y de la viveza de percepción, dominio imperfecto de las facultades motrices, mala aprehensión del desarrollo del tiempo o de la organización del espacio) y a factores externos (métodos pedagógicos no apropiados para el niño, aprendizaje demasiado o no suficientemente rápido, competencia, estabilidad y ecuanimidad de ánimo del docente, comportamiento dimisionario o demasiado exigente de la familia).

Hay que ser conscientes de que el tratamiento homeopático, por deseable y beneficioso que sea, debe ser apoyado por un seguimiento médico-pedagógico que alíe psicoterapia y métodos reeducativos pedagógicos (caso de la dislexia, de la disortografía).

Dr Uno

No hay comentarios:

Publicar un comentario